A veces, busco la paz en lugares donde nunca la ha habido.

O quizás, se ha posado por momentos, muy cortos, y justo la vi, ahí, en ese instante, y pensé que era su escondrijo y estación permanente.

Me he sentado a esperarle ahí, quinceañeramente.

Le esperé donde sólo quedaba su aroma.

Esperé como si fuese mi última condición esperar para tener una vida digna.

Esperé y no llegó más que la muerte con su nombre en la frente.

Nunca abracé esa paz falsa

Aunque por ganas, no me quedaba.

Aspecto lúdico y vivo

Moriré buscando en recónditas capas de superhéroes

tejidas con viento e ilusión

Vagaré tras besos falsos

y he de pensar que crearé peldaños reales

mis propios cimientos en algún triste momento de engaño propio que me induzca al error presentido.

Me perderé por ratos, largos ratos e instantes inacabables

casi eternos.

Sonreiré feliz al mundo

Ignorará el mundo que paz no he hallado

Tan sólo un sucedáneo.

He de conformarme con una fotocopia hecha a mano

Y querré ese día que me abrace la muerte

con su nombre en la frente.