La semana pasada fue una semana bastante fuckeada.
Fue bien rara. 
Debía entregar un avance de tesis y no sabía qué diantres escribir.
Me dieron unas crisis espantosas de nervio.
Soñaba que la profesora de tesis me miraba perder el tiempo
varias veces le eché la culpa al colchón de dormir mal 
pero ahí estaba, la mirada inquisidora,
poco amable, de la que me estaba matando las vacaciones
a mí y a otros pobres 4 giles de toda la generación
porque el resto
en la playa y en candombes varios
tranquila y regiamente, porque sus profesores les pidieron recién para marzo-abril el avance.
Joder.
De qué escribir cuando lees sobre un tema y en ese mismo momento lo vas aprendiendo? (o conociendo; aprender suena a mil metros más allá en la línea de conocimiento de mi real situación.)
y me desesperaba
leía
entendía
luego olvidaba.
Entremedio del "sí, sí, voy a escribir hoy"
me dedicaba a intentar pasarla bien
porque en el momento en que tomaba el joystick del play
pescaba el PC
o salía a tomar algo
tate, que se me aparecía la mirada de la profe
y se me iban todos los ánimos de pasarla bien
al tacho de la basura en un segundo.
Y retomaba el pc
con el word abierto
en blanco
con el indicador de texto parpadeando.
CERO ideas en la cabeza.
MIL de materia inexplicable
y varias páginas que debían llenarse de algo coherente respecto al tema.
1
2
3 am
nada, a dormir.
Y a soñar con la mirada inquisidora.

Creo que fue una de las semanas más pencas que he tenido en vacaciones, si no es porque estaba donde mi hermana, muy relajado y tranquilo.


Fuck, qué semana aquella...


Pero hubo un quiebre en medio de ella.
Quiere saber qué fue?


Se aguanta, que por hoy no escribo más, que me hice un tajo en el dedo y me duele cada letrita.